10 abr 2009
ESTACIÓN VIACRUCIS: 2DA PARTE
OCTAVA ESTACIÓN: Jesús consuela a las piadosas mujeres
NOVENA ESTACIÓN: Jesús cae por tercera vez
DÉCIMA ESTACIÓN: Jesús es despojado de sus vestiduras
DÉCIMA PRIMERA ESTACIÓN: Jesús es clavado en la Cruz
DÉCIMA SEGUNDA ESTACIÓN: Jesús muere en la Cruz
DÉCIMA TERCERA ESTACIÓN: Jesús en los brazos de María Santísima
DÉCIMA CUARTA ESTACIÓN: Jesús es puesto en el sepulcro
Oración final:
Despedida:
ESTACIÓN VIACRUCIS: 1RA PARTE
PRIMERA ESTACIÓN: Jesús es condenado a muerte
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.
"Pilato mandó sacar a Jesús y dijo a los judíos: 'Aquí tenéis a vuestro rey'. Pero ellos le gritaban: '¡Fuera, fuera, crucifícalo!' Pilato le dice: '¿Pero cómo he de crucificar a vuestro rey?' respondieron los príncipes de los sacerdotes: 'Nosotros no tenemos más rey que el César'. Entonces se los entregó para que fuera crucificado" (Jn 19, 14-16)
Considera alma mía, cómo en la casa de Pilatos fue cruelmente azotado el redentor del mundo, coronado de espinas y sentenciado a muerte. Señor, que el recordar la condena injusta que tu sufriste, nos cuidemos de no condenar a los demás.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz. Así sea!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SEGUNDA ESTACIÓN: Jesús con la cruz a cuestas
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.
"Los judíos tomaron a Jesús y cargándole la cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario" (Jn 19,17).
Considera alma mía, cómo a nuestro amado Jesús le pusieron en sus lastimados hombros el gran peso de la cruz. Señor, concédenos, para hacernos dignos de ti, el saber aceptar nuestra cruz con amor.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz. Así sea!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. .
TERCERA ESTACIÓN: Jesús cae por primera vez
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.
"Han ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba; no aparté la cara ni de los ultrajes ni de las salivas que me echaban" (Is 50,6)
Considera alma mía, como caminando el Señor con la cruz a cuestas, herido y desangrado, cayó en tierra debajo de la Santa Cruz. Señor, el que camina, alguna vez cae. Que sepamos levantarnos y ayudemos a los demás a seguir caminando.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz. Así sea!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
CUARTA ESTACIÓN: Jesús encuentra a su Santa Madre
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.
"Una espada atravesará tu corazón" (Lc 2,35)
Considera alma mía, cómo el Señor con la Santa Cruz a cuestas encontró a su Santísima Madre triste y afligida. Señor, por el dolor que sufrió la Santísima Virgen María, te pedimos que bendigas a todas las madres que en este mundo sufren de alguna manera o por causa nuestra.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz. Así sea!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
QUINTA ESTACIÓN: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.
"Cuando llevaban a Jesús al Calvario, detuvieron a un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para llevarla detrás de Jesús" (Lc 23,26)
Considera alma mía, cómo los judíos contrataron a Simón Cirineo para que ayudara a llevar la cruz a nuestro Redentor, no movidos por la piedad, sino temiendo que se les muriese en el camino por el grande peso de la cruz. Señor, que sepamos dar un poco de nuestro tiempo y de nuestro amor a aquellos que lo necesitan.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz. Así sea!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SEXTA ESTACIÓN: La Verónica limpia el rostro de Jesús
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.
"Muchos se horrorizaban al verlo, tan desfigurado estaba su semblante que no tenía ya aspecto de hombre" (Is. 52, 14)
Considera alma mía, como la Verónica, viendo a Su Majestad fatigado, y su rostro oscurecido con el sudor, polvo, salivas y bofetadas, se llegó con toda reverencia a limpiárselo con un lienzo, en el cual quedó impreso el rostro divino del Salvador. Señor, ayúdanos a ser también como la Verónica, cristianos valerosos, para consolar a los que lloran y sufren por el camino.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz. Así sea!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SÉPTIMA ESTACIÓN: Jesús cae por segunda vez
Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.
"Eran nuestros sufrimientos los que llevaba, nuestros dolores los que pesaban… Ha sido traspasado por nuestros pecados, desecho por nuestras iniquidades…" (Is 53, 4-5)
Considera alma mía, cómo cayó el Señor por segunda vez en la puerta judiciaria. Señor, que no nos desalentemos frene a los fracasos o debilidades, sino que sepamos levantarnos y sigamos caminando.
¡Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz. Así sea!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
EL VIACRUCIS
SABES QUE ES EL VIACRUCIS?.
El Via Crucis es una práctica piadosa a la que nos invita la Iglesia, sobre todo durante la Cuaresma. Significa "Camino al Calvario" y nos recuerda los momentos más fuertes que vivió Jesús desde el momento en que fue aprehendido, hasta su Muerte en la Cruz y su Sepultura. Se divide ese camino en 14 estaciones, ante las que nos detenemos para recordar y meditar cada momento doloroso del camino de Jesús rumbo al Calvario.
Te invitamos a que, durante esta cuaresma, te unas a la Iglesia para rezar el Via Crucis, puedes hacerlo tú solo en casa o puedes acudir a un templo.
El Via Crucis se reza de pie, y por momentos de rodillas; aunque estés en tu casa, debes estar caminando, deteniéndote en cada estación, para recordar el camino de Jesús al Calvario, es por eso que las imágenes de la representación del Via Crucis están en la pared, alrededor del templo. Si lo rezas en casa, te ayuda tener en la mano imágenes de la pasión y muerte del Señor, para que puedas recordar e imaginar su dolor.
Te presento aquí una forma sencilla y breve para rezar el Via Crucis, ojalá te sirva para meditar en el sacrificio de Jesús y acercarte más a Él, preparándote para la Pascua.
Inicio
Inicia, como todas las oraciones cristianas, con la Señal de la Cruz; se hace un acto de contrición y una invocación a Jesús ofreciendo el ejercicio.
Se menciona cada estación, de acuerdo a lo relatado en los evangelios. En cada una hay una invocación, reconociéndonos pecadores e implorando el perdón; sigue la lectura de una cita bíblica; después una reflexión para meditar en cada momento y una súplica para nuestra vida diaria. Se hace una aclamación alabando a Jesús por su Sacrificio y se reza un Padre Nuestro, una Ave María y un Gloria, mientras caminamos hacia la estación siguiente. Puede incluirse algún breve canto de perdón y arrepentimiento entre cada estación.
Se inicia de rodillas: "Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
Acto de Contrición: Jesucristo, mi Dios y mi Salvador: yo me arrepiento de corazón de todos los pecados que he cometido, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar. Confío en que me perdonarás mis culpas y me llevarás a la vida eterna, porque eres bueno. Amén.
Ofrecimiento: ¡Dulcísimo Jesús mío, que por mi amor quisiste caminar fatigado y afligido con el pesado madero de la cruz! En memoria y reverencia de lo que por mí padeciste en aquél áspero camino, te ofrezco los pasos que ahora daré, unidos a tus infinitos merecimientos, con la atención de ganar todas las indulgencias que los Romanos Pontífices han concedido a los que hacen con devoción este santo ejercicio. Para este fin te suplico y ruego por el remedio de las graves necesidades encomendadas por los Sumos Pontífices y aplico cuantas indulgencias ganaré por las benditas almas del Purgatorio que fueren de tu agrado y de mi mayor obligación. Dame, Señor, tu divina gracia, para que cuanto en este santo ejercicio medite o rece, sea grato a tus divinos ojos. Así sea.
11 dic 2008
ORACION A LA VIRGEN DE GUADALUPE
Oración a la Virgen de Guadalupe
¡Oh Virgen Inmaculada,Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!Tú, que desde este lugar manifiestastu clemencia y tu compasióna todos los que solicitan tu amparo;escucha la oración que con filial confianza te dirigimos,y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso,a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores,te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos,nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos;ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado,Señora y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el caminoDe una plena fidelidad a Jesucristo a su Iglesia:No nos sueltes de tu mano amorosa.Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todosLos Obispos, para que conduzcan a los fieles por senderosde intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Diosy a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Concede a nuestros hogaresla gracia de amar y de respetar la vida que comienzacon el mismo amor con el que concebiste en tu senola vida del Hijo de Dios.Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias,Para que estén muy unidas, y bendice a la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión,Enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanosa levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de nuestra culpasy pecados en el sacramento de la Penitencia,que trae sosiego al alma.
Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos, Que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia,Con nuestros corazones libres de mal y de odios,Podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz,que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,que con Dios Padre y con el Espíritu Santo,vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén
México, enero de 1979. Juan Pablo II
¡Oh Virgen Inmaculada,Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!Tú, que desde este lugar manifiestastu clemencia y tu compasióna todos los que solicitan tu amparo;escucha la oración que con filial confianza te dirigimos,y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso,a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores,te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos,nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos;ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado,Señora y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el caminoDe una plena fidelidad a Jesucristo a su Iglesia:No nos sueltes de tu mano amorosa.Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todosLos Obispos, para que conduzcan a los fieles por senderosde intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Diosy a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Concede a nuestros hogaresla gracia de amar y de respetar la vida que comienzacon el mismo amor con el que concebiste en tu senola vida del Hijo de Dios.Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias,Para que estén muy unidas, y bendice a la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión,Enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanosa levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de nuestra culpasy pecados en el sacramento de la Penitencia,que trae sosiego al alma.
Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos, Que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia,Con nuestros corazones libres de mal y de odios,Podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz,que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,que con Dios Padre y con el Espíritu Santo,vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén
México, enero de 1979. Juan Pablo II
ORACIONES A LA VIRGEN II
Regina Coeli
V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya
V. Ha resucitado, según predijo; aleluya
R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Oración
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el goce de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
Bendita sea tu pureza
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.
Magnificat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Dulce Madre
Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mi no apartes.Ven conmigo a todas partes y nunca solo me dejes.Ya que me proteges tanto como verdadera Madre,Haz que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.Amén.
V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya
V. Ha resucitado, según predijo; aleluya
R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Oración
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el goce de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
Bendita sea tu pureza
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.
Magnificat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Dulce Madre
Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mi no apartes.Ven conmigo a todas partes y nunca solo me dejes.Ya que me proteges tanto como verdadera Madre,Haz que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.Amén.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)